Árboles nativos del Bosque Atlántico de Brasil. © Robert Clark

Perspectivas

¿Cuántos árboles bastan para hacer un bosque?

Por Jon Fisher

PUNTOS CLAVE:

  • Un consenso general sobre qué puede considerarse como bosque podría ayudar a acabar con la deforestación y la pérdida de hábitats.
  • La falta de claridad en la definición de terreno forestal genera dificultades sobre cómo medir la deforestación y, a su vez, sobre cómo detenerla. ¿Una parcela de plántulas recién sembradas cuenta como bosque? ¿Deberíamos contar tres árboles, o trescientos? ¿Qué pasa con los biomas forestales con muchos pastizales naturales?
  • La iniciativa sobre el Marco de Rendición de Cuentas -una nueva coalición de organizaciones no gubernamentales que representan diversas perspectivas- se formó para ofrecer lineamientos consistentes, claros y robustos para los compromisos corporativos para acabar con la deforestación y la conversión de hábitats.

Podemos estar de acuerdo en que la deforestación sigue siendo un problema global terrible. En 2016, el mundo perdió casi treinta millones de hectáreas de cobertura forestal, un área casi del tamaño de Italia, y eso sin incluir la pérdida de pastizales, humedales y otros ecosistemas importantes. Pero, ¿qué es exactamente la deforestación? Y en todo caso, ¿qué es un bosque?

Esto no es una mera cuestión de semántica. La falta de claridad en torno a la definición de bosque genera dificultades sobre cómo medir la deforestación y, a su vez, sobre cómo detenerla. ¿Deberíamos considerar una parcela con plántulas recién sembradas como un bosque? ¿Deberíamos contar tres árboles o trescientos? ¿Qué pasa con los biomas forestales con muchos pastizales naturales? Algunos árboles caen por el manejo forestal o por los incendios, pero el bosque se regenera. Eso no cuenta como deforestación, pero podría parecerse mucho.

Estos detalles podrían parecer arcanos y sin importancia, pero el hecho es que importan mucho para la causa del combate a la deforestación. Si no podemos ponernos de acuerdo sobre qué es un bosque y qué no, no podemos determinar qué bosques se han perdido ni prevenir esas pérdidas.

YUCATÁN, MÉXICO. Vista aérea del rancho Los Potrillos de José Palomo, en Becanchén. Palomo ha adoptado prácticas silvopastoriles en su rancho.

La agricultura es el principal motor de la deforestación y de la conversión de hábitats, y las compañías que producen o compran productos como la carne de res o la soja, entre otros, juegan un papel crítico en la protección de los bosques. Cientos de compañías en el mundo reconocen que los vínculos de la deforestación vinculada con su cadena de valor de productos agropecuarios, y se han comprometido a lidiar con ellos.

Sin embargo, la confusión sobre qué es exactamente lo que hay que cambiar y sobre cómo lograrlo han retrasado el proceso. Las compañías no siempre saben qué se espera de ellas ni cómo implementar o medir los avances logrados en este tema.

La Iniciativa sobre el Marco de Rendición de Cuentas, una nueva coalición formada por organizaciones no gubernamentales representando diversas perspectivas se ha formado para ofrecer lineamientos claros, robustos y consistentes para los compromisos corporativos y para acabar con la deforestación y la conversión de hábitats. Esta colaboración estratégica asegura que el marco parta de prácticas comúnmente aceptadas y sobre los esfuerzos existentes. Permite diferenciar por producto, región y tipo de empresa. Al mismo tiempo, ofrece una serie de reglas y definiciones comunes a todos, así como lineamientos para establecer, implementar y monitorear los compromisos éticos de la cadena de valor, incluyendo los compromisos para detener la deforestación y la conversión de los ecosistemas, al tiempo que se respetan los derechos humanos. 

Vista aérea dos campos de cultivo e fazendas a leste da cidade de Foz do Iguaçu e à direita é o Parque Nacional do Iguaçu
PARANÁ, BRASIL. Vista aérea de los campos de cultivo y las granjas al oriente de Foz do Iguaçu y el Parque Nacional de Iguaçu, que sigue arbolado y que llega hasta el cauce del río Iguaçu. © Scott Warren

Este nuevo consenso y esta claridad sobre cómo construir cadenas de valor agropecuarias que no provoquen deforestación llega en un momento crítico. Muchas compañías se han comprometido a no causar nada de deforestación de aquí a 2020 y la Declaración de Nueva York sobre los Bosques, auspiciada por Naciones Unidas, llamó a hacer esfuerzos ambiciosos para acabar con ella antes de 2030. El Marco de Rendición de Cuentas es una herramienta para ayudarnos a todos a dejar de andar en círculos y definir el éxito de la misma forma.

En 2020, los países reconcentrarán sus esfuerzos sobre la protección de la biodiversidad y en la evaluación de cuánto han avanzado hacia sus metas climáticas. Un estudio reciente de The Nature Conservancy y sus aliados encontró que acabar con la deforestación podría evitar la emisión de 3.600 millones de toneladas equivalentes de CO2 cada año, pero lograrlo no será fácil. El impacto es el equivalente a cambiar 137 mil millones de focos convencionales a LED, o sacar de las carreteras unos 765 millones de autos y camiones.

Otras “soluciones climáticas naturales”, como la revegetación o la mejora en el manejo de los bosques o la defensa de los humedales, podrían aportar la tercera parte de las reducciones de gases de efecto invernadero que hay que lograr de aquí a 2030 para mantenerse en línea con el Acuerdo de París e impedir un aumento de temperaturas mayor a los dos grados centígrados. Ya sabemos el qué, el cuándo y el dónde del cambio climático. Herramientas como el Marco de Rendición de Cuentas nos ayudan a dar con el cómo. 

Empezamos bien. En diciembre de 2018, la Iniciativa para el Marco de Rendición de Cuentas presentó un borrador completo de su Marco de Rendición de Cuentas para su consulta pública. Desde entonces se han realizado varios talleres con empresas, gobiernos, organizaciones de la sociedad civil y otros actores. Lo que se busca es tener insumos que permitan dar forma al desarrollo posterior del Marco. Este proceso de consultas terminó en marzo de 2018.

Este texto apareció originalmente en Mongabay el 20 de febrero de 2019.