Vacas pastoreando en una pradera.

Perspectivas

Un nuevo modelo de ganadería sostenible en Nicaragua

Por Ginya Truitt Nakata, Ex-Directora de Tierras, América Latina

Más del 26% de los latinoamericanos viven con menos de 5.50 dólares al día. En Nicaragua, el panorama es aún más complicado. El 30% de la población nicaragüense vive con menos de 2 dólares diarios, con 50% de los hogares en áreas rurales viviendo en pobreza extrema.

El cambio climático puede exacerbar la situación de pobreza, sobre todo en las áreas rurales más secas de Nicaragua, como el departamento de Boaco. Desde 2014, las sequías severas causadas por El Niño han impactado fuertemente al país, que experimentó menores lluvias que el nivel histórico y una canícula extendida que golpeó con intensidad al sector agropecuario.

Los productores ganaderos en los departamentos de Boaco y Matagalpa experimentaron de primera mano el clima fluctuante de los últimos años y sufrieron un impacto directo en su rentabilidad.

Jeudyn Martínez Flórez es un joven ganadero en sus treinta años que opera una finca de más de 24 hectáreas con 25 vacas lecheras en Boaco. Vende su leche a la cooperativa local de San Felipe, con un máximo de 40 litros diarios en la temporada de lluvias. Sin embargo, en la estación seca, su producción se reduce drásticamente y en los últimos años la temporada de sequía se extendió más que lo esperado (llegando incluso hasta junio en lugar de principios de mayo). Para compensar la incertidumbre que este fenómeno climático le genera, Jeudyn y otros ganaderos suelen buscar oportunidades económicas alternativas, como la silvicultura u otro tipo de ganado, evitando gastar todos sus ahorros en alimento suplementario para que sus vacas sobrevivan a la sequía.

Quote: Manuel Oliver

Grupo LALA impulsa programas de apoyo para mejorar la productividad lechera, aumentar la rentabilidad y la sustentabilidad de los ganaderos en Nicaragua.

Director País de Grupo LALA en Nicaragua

Estos ganaderos no son el único eslabón de la cadena de valor que se ve afectado. Las industrias que fabrican y comercializan productos lácteos y derivados también resienten la oscilación de la oferta de la leche por parte de los ganaderos. Sin embargo, industrias como Grupo LALA, la compañía láctea mexicana con casi 70 años de experiencia en el mercado y presencia en 11 países, apoya constantemente al sector lácteo con la implementación de proyectos para escalar prácticas más eficientes y revertir los inconvenientes en la producción y acopio de leche debido a las condiciones climáticas.

Hace algunos años, varios ganaderos dieron los primeros pasos para que su producción  pueda resistir la dura estación seca. Gracias a programas de capacitación liderados por TechnoServe, una ONG global con más de 30 años de experiencia en Nicaragua, se implementaron una serie de prácticas de ganadería sostenible, como la rotación de pastos, la siembra de forrajes resistentes a la sequía y la mejora de los puntos de acceso al agua para el ganado. Esto es un gran apoyo en el corto plazo, pero tanto TechnoServe como los ganaderos saben que el clima seguirá cambiando y, entonces, se necesitarán probar soluciones adicionales para asegurar la producción ganadera a largo plazo.

Centroamérica Resiliente (ResCA) es un programa de dos años y medio, financiado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, alineado con AgroLAC 2025 y liderado por TNC. A principios de 2018, ResCA comenzó a debatir con TechnoServe acerca de los sistemas de ganadería sostenible que habían sido probados con éxito en México, Colombia y Brasil. Grupo LALA, gracias a su participación en el Latin American Conservation Council (LACC), también se interesó en apoyar el escalamiento de buenas prácticas para aumentar la productividad a través de la regeneración de activos naturales. Esto brinda múltiples beneficios a lo largo de toda la cadena de valor: desde productores, cooperativas y compradores hasta el propio medio ambiente. En abril pasado, TNC, TechnoServe, Fundación CIPAV y Grupo LALA crearon esta iniciativa para impactar a 700 ganaderos en las regiones de Boaco y Matagalpa a través de la adopción de sistemas de ganadería silvopastoriles. Poco después, Grupo LALA formalizó su compromiso al firmar una alianza estratégica para incentivar el crecimiento de estos sistemas y reducir la huella ambiental de la leche que comercializan y procesan en Nicaragua.

En lugar de las grandes extensiones de tierra para el pastoreo de ganado tradicional, los sistemas silvopastoriles se centran en tres estratos de forraje: pastos, arbustos y árboles. Estos sistemas se aplican dentro de potreros controlados, más pequeños, con menores impactos en la compactación y degradación de suelos. Los ganaderos necesitan invertir menos en su finca, ya que ahora tienen suficiente comida durante todo el año. La calidad de la leche y la producción aumentan, lo que permite precios más altos que estimulan el crecimiento económico en la comunidad. Las áreas naturales se dejan intactas, lo que permite la conservación y la restauración de los bosques, la recarga de agua, la conservación del suelo y se beneficia la biodiversidad. Las vacas también se benefician, ya que obtienen una mejor calidad de proteína, más equilibrada y un mejor ambiente bajo la sombra de los árboles donde puedan descansar. Por último, compradores como las cooperativas y Grupo LALA aseguran un suministro confiable durante todo el año y reciben leche de mejor calidad para su producción láctea.

Esta alianza estratégica trabajará con 5 de las cooperativas de productores más importantes en Boaco y Matagalpa, estableciendo fincas modelo y mecanismos financieros innovadores. A través de un enfoque educativo de productor a productor y una capacitación sistemática en gestión financiera y de negocios para las cooperativas, el objetivo es fortalecer la resiliencia al cambio climático e implementar sistemas agropecuarios sanos en la región de Nicaragua denominada vía láctea.

Jeudyn y su familia tienen la esperanza de encontrar un sistema productivo que funcione para ellos. Se levantan todas las mañanas antes del amanecer a las 5:00 A.M. para ordeñar sus vacas y llenar sus pichingas, con la esperanza de que la estabilidad que disfrutan por 6 meses pueda mantenerse constante todo el año. La sostenibilidad de un modelo como este no sólo asegurará un ingreso estable, sino que también permitirá que Jeudyn pueda minimizar el riesgo y planificar efectivamente el desarrollo a largo plazo de su finca su familia y su comunidad. Con el trabajo conjunto de los actores en todos los niveles, este proyecto puede ayudar a brindar soluciones para combatir la pobreza que, en un contexto de cambio climático, está generando efectos devastadores en Nicaragua.

JEUDYN MARTÍNEZ FLÓREZ opera una granja de 60 acres con 25 vacas productoras de leche en Boaco.