Perspectivas

Mujeres detrás de la conservación en América Latina

Mujeres detrás de la conservación en América Latina
Mujeres detrás de la conservación de América Latina © Juan Gomez Gutierrez

Las mujeres han demostrado que sin ellas es imposible tener un planeta donde la naturaleza y las personas prosperen juntos. Ahora en el Día de la Mujer, debemos derrumbar las infinitas barreras que impiden a las mujeres liderar esfuerzos de conservación en América Latina. A seguir, un grupo de mujeres que están nivelando el campo de juego.

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A medida que las amenazas del cambio climático y el colapso de la biodiversidad se avecinan, debemos actuar rápidamente para proteger las personas y la naturaleza de los peores efectos de estas crisis. Debemos desarrollar nuevos enfoques e ideas para abordar algunos de los problemas planetarios a los que nos enfrentamos. Y, unos de los pasos fundamentales que debemos tomar en América Latina (y en el mundo entero) es remover las incontables barreras que han limitado la habilidad de las mujeres de liderar esfuerzos en conservación.  

En la región estamos lejos de tener las condiciones más favorables para quien quiera llegar a conservar el medio ambiente, mucho menos si eres mujer. En América Latina, ser mujer representa un riesgo y un sesgo mayor que en cualquier otra región del planeta. La violencia, desigualdad y discriminación por género en la región han erigido una brecha que parece casi imposible de sellar. Como si esto no fuese suficiente, hoy Latinoamérica es el lugar más peligroso para ser defensor ambiental. Sin embargo, muchas mujeres hoy representan faros de esperanza hacia un futuro donde a las mujeres no se les tendrá que resaltar sus acciones por su género sino por su mérito, un futuro donde las mujeres no tendrán miedo de defender sus territorios, sus hijos o su cultura. 

The Nature Conservancy (TNC) trabaja con firmeza por un futuro más igualitario que acoja y promueva a las mujeres y grupos menos representados. Varios científicos de TNC han descubierto que la intervención y presencia de mujeres en el trabajo de conservación en comunidades locales lleva a resultados más positivos y duraderos para la naturaleza y las personas. 

En este espacio, queremos distinguir a un grupo de mujeres que con su trabajo están probando precisamente eso. Están cambiando este panorama gris, y abriendo el camino para que generaciones venideras puedan ejercer su tiempo, sin miedo, a favor de la conservación de nuestros ecosistemas naturales. 

Un grupo de mujeres Huitoto y Koreguaje demuestran el funcionamiento de la Chagra en El Quince
Colombia Un grupo de mujeres Huitoto y Koreguaje demuestran el funcionamiento de la Chagra en El Quince © Juan Gomez Gutierrez

Ecuador

Alexandra Narváez Comunidad A´i Cofán Sinangoe, Ecuador.

Alexandra Narváez es una joven líder indígena de la comunidad A'i Cofán de Sinangoe, en la provincia de Sucumbíos, Ecuador. Su profundo sentido de responsabilidad por proteger su cultura y territorio ancestral ha guiado un movimiento indígena a defender el territorio ancestral Cofán de la minería y otras amenazas. Su liderazgo llevó a una histórica victoria legal en octubre 2018, cuando las cortes del Ecuador cancelaron 20 concesiones de mineras activas y 32 más en trámite que fueron otorgadas de forma ilegal sin el consentimiento de la comunidad Cofán. Pero esa victoria fue solo la punta de la lanza, pues su comunidad ha tenido una serie de éxitos como la protección de 32 000 hectáreas de bosque (un área tan grande como el país de Malta) y más recientemente colaborado con TNC para establecer el Área de Protección Hídrica (APH) de Aguarico, Chingual y Cofanes, la más grande del país. 

Alexandra creció en su comunidad percibiendo que su rol sería el de defender los derechos de las mujeres y su territorio y darle voz a los sin voz. En 2017, junto con otros miembros de su comunidad, Alexandra formó una patrulla forestal llamada La Guardia con el objetivo de monitorear y detener actividades ilegales en su territorio ancestral. Además de haber sido nombrada presidente de la asociación de mujeres indígenas de Sinangoe Shamec’co, su compromiso y labor en la lucha por la justicia ambiental y los derechos indígenas en Ecuador llevaron a que se le fuera entregado el Goldman Environmental Prize de 2022.  

A pesar de los desafíos que enfrenta su comunidad, Alexandra ha dedicado su vida a la defensa de la tierra, la cultura y los derechos de su pueblo. Su trabajo ha sido fundamental para la protección de los bosques y la biodiversidad de la región, así como para la promoción de prácticas sostenibles y la defensa de los derechos indígenas.  

Colombia

Irma Garcia Comunidad El Quince, Solano, Caquetá

En la convergencia de los ríos Caquetá y Orteguaza, en la selva Caqueteña en Colombia se encuentra una comunidad indígena Huitoto llamada El Quince. En la comunidad, la abuela Irma García ocupa un rol fundamental en transmisión de la cultura y tradiciones ancestrales a las generaciones más jóvenes, un rol crucial teniendo en cuenta que los jóvenes cada vez más se interesan por la modernidad y el mundo más allá de donde crecieron. Irma representa un pilar de la comunidad y es respetada por su sabiduría y experiencia en temas relacionados con la naturaleza, la medicina tradicional, la espiritualidad y la organización social. Su rol es central en la toma de decisiones y en la resolución de conflictos, y la buscan por su capacidad de mantener la cohesión y armonía dentro de la comunidad.  

Dentro de los conocimientos ancestrales de los cuales es responsable por trasmitir, quizá el más importante es el de la Chagra, una forma tradicional de agricultura practicada por las comunidades indígenas en la región amazónica de América del Sur. Esta forma de agricultura se basa en la rotación de cultivos en parcelas pequeñas y se realiza en un sistema agroforestal que combina árboles, arbustos, plantas y cultivos de diferentes tipos. La producción de alimentos y otros productos agrícolas es esencial para la supervivencia de las comunidades indígenas amazónicas, y la mujer juega un papel crucial en la práctica de la chagra. 

Las mujeres indígenas amazónicas son las principales responsables de la producción de alimentos en las chagras. Ellas preparan la tierra, seleccionan las semillas, siembran y cuidan las plantas. Sin embargo, la labor de Irma no se limita a la producción de alimentos, sino que también incluye la recolección de plantas medicinales y la producción de artesanías y el paso de estos conocimientos a las generaciones más jóvenes. 

El trabajo de Irma en las chagras no es solo un trabajo físico, sino que también está cargado de significado cultural y espiritual. Las mujeres indígenas amazónicas han desarrollado un conocimiento profundo de las plantas y de los ciclos naturales de la tierra a lo largo de generaciones. La práctica de la chagra se transmite de madre a hija, y la mujer tiene un papel central en la transmisión de este conocimiento ancestral.  

Brasil

La “Farmacia Verde” que impulsó la voz de las mujeres brasileñas en la conservación 

Brasil es hogar de muchas plantas medicinales nativas que proporcionan alivio no farmacéutico a la población local. Pero estas plantas tienen también otro papel importante: Les dan a las mujeres indígenas una voz en la conservación. 

Las mujeres indígenas son las poseedoras tradicionales del conocimiento sobre las plantas medicinales y las productoras exclusivas de hierbas y aceites medicinales. Sin embargo, históricamente, están subrepresentadas en los puestos de liderazgo y la toma de decisiones. 

En 2019, esto empezó a cambiar con el apoyo de la analista de TNC Rafaela Carvalho. Las mujeres de la región brasileña de Oiapoque fundaron una Farmacia Verde, donde Carvalho se reúne con ellas para ayudarlas en el intercambio de sus plantas medicinales y hablar de estrategias para combatir el cambio climático y fortalecer la conservación y el liderazgo indígena. El año pasado, las mujeres de Oiapoque publicaron un libro a través del proyecto Farmacia Verde. Carvalho también trabaja para influir sobre las políticas públicas en la región que se relacionan con el clima y la equidad de género y para aumentar la presencia de las mujeres de Oiapoque en los consejos organizacionales. Estas acciones dieron como resultado un mayor acceso a roles de toma de decisiones y más oportunidades económicas. De hecho, algunas de las mujeres ahora se identifican como las únicas proveedoras de los ingresos de su hogar. 

Quote: Rafaela Carvalho

Cuando hablamos de conservación, debemos incluir las tierras indígenas porque son los principales resguardos de la biodiversidad. Las mujeres indígenas son figuras prominentes en las actividades de conservación

Analista, Pueblos Indígenas y Comunidades Locales, TNC Brasil
Green Pharmacy
Mujeres indígenas indígenas de la región de Oiapoque en Brasil intercambian plantas medicinales. © Associação de Mulheres Indígenas em Mutirão
Indigenous leaders
MUJERES Y LIDERAZGO Las mujeres indígenas desempeñan un rol fundamental en las actividades de conservación de la región de Oiapoque en Brasil. © Associação de Mulheres Indígenas em Mutirão
Mujeres indígenas indígenas de la región de Oiapoque en Brasil intercambian plantas medicinales. © Associação de Mulheres Indígenas em Mutirão
MUJERES Y LIDERAZGO Las mujeres indígenas desempeñan un rol fundamental en las actividades de conservación de la región de Oiapoque en Brasil. © Associação de Mulheres Indígenas em Mutirão

Chile

Patricia Barría Guardaparques Reserva Costera Valdiviana, Chile.

Patricia Barría ha vivido toda su vida en la comuna de Corral, en la región de Los Ríos en Chile. Esta zona del sur de Chile alberga los últimos reservorios de bosques lluviosos valdivianos, uno de los hotspots globales de biodiversidad, donde The Nature Conservancy trabaja por la protección de más de 50.000 hectáreas de este ecosistema en la Reserva Costera Valdiviana. Patricia vive en Cadillal, localidad ubicada en un valle junto al Río Chaihuín, inserto entre dos áreas protegidas: la Reserva Costera Valdiviana y el Parque Nacional Alerce Costero, donde además es dirigente social en el Comité de adelanto Cadillal Alto y también el Club deportivo Cadillal. 

Amante de respirar aire puro, ojalá en un bosque, de recorrer esteros, del trabajo del campo y de estar en contacto con animales, su experiencia en el mundo rural y sus conocimientos de conservación han permitido articular el trabajo con agrupaciones ganaderas de las comunidades aledañas a la reserva, además de ser parte activa de los distintos monitoreos de fauna y anfibios que se llevan a cabo en el área protegida. 

Dentro de su trabajo como guardaparques, uno de los focos principales de Patricia ha sido traspasar su amor por la naturaleza y su conservación a los visitantes de la reserva y a las futuras generaciones, a través de la educación ambiental, ya que considera que esta es un aporte para crear conciencia en los niños y a través de ellos hacia sus familias, para así finalmente inculcar que la protección del medio ambiente y sus recursos naturales es un beneficio global, lo que considera emocionante y satisfactorio. 

Es habitual verla en las escuelas de Chaihuín y Huape, donde se desarrolla el programa de educación ambiental conjunto entre ambas áreas protegidas, guiando actividades didácticas que inculcan en los niños el amor por la naturaleza y el cuidado del medio ambiente. Dentro de estas actividades, ha impulsado limpieza de playas con alumnos y alumnas de las escuelas, talleres de separación de residuos y reciclaje, además de organizar y guiar visitas de estos estudiantes a las áreas protegidas que se encuentran junto a sus comunidades, las que en muchas ocasiones han sido el primer acercamiento de niños y niñas a los bosques de alerces centenarios que sobrevivieron a la actividad forestal que se desarrolló en la zona durante gran parte del siglo XX. Durante el mes de febrero impulsó el desarrollo de la Feria Ambiental 2023, actividad que se había visto suspendida debido al covid-19, donde se realizó un concurso eco-creativo en el que niños y niñas desfilaron atuendos creados por ellos y sus familias con materiales reciclados. 

Su experiencia trabajando en áreas protegidas, su conocimiento de la flora y fauna local -entre los que se encuentran sus favoritos: pumas, pudúes, monitos del monte y huillines, todas especies nativas de la zona – y su participación activa en la comunidad la convierten en una reconocida líder local en conservación y educación ambiental. Como madre, y recientemente como abuela, su motivación es que las futuras generaciones puedan conocer y disfrutar los ecosistemas que hoy protege. 

México

Igualdad de género ¿Cómo avanzamos en la igualdad de género desde la conservación?

En México, más de 3. 4 millones de mujeres viven en los tres estados que conforman la Península de Yucatán. Aunque ellas contribuyen significativamente a la economía rural desde actividades relacionadas a la agricultura, la ganadería y la pesca, enfrentan desafíos como la falta de acceso a recursos, capacitación y financiamiento, la discriminación de género y la violencia. 

Su perspectiva, participación y liderazgo en la toma de decisiones a nivel local y comunitario es necesaria para avanzar en la igualdad de género, en el bienestar de sus comunidades y en la conservación de los paisajes naturales que habitan. Martina, Claudia y Deysi son mujeres que desde el acopio y transformación de las semillas del árbol de ramón, la apicultura, la ganadería y la agricultura, abren paso a la participación de otras mujeres en el desarrollo de sus territorios y quienes junto a colaboradoras de TNC como Cecilia y Andrea, construyen con su experiencia estrategias con enfoque de género e inclusión social, imprescindibles para avanzar en la igualdad de género desde la conservación. 

Como muchas otras mujeres, Martina López Hernández, socia y tesorera de la empresa social Selva Viva 3G, abre el paso a la participación y el liderazgo de las mujeres en el desarrollo sostenible de la Península de Yucatán. Selva Viva 3G es liderada por Martina y otras ocho mujeres del Ejido Tres Garantías, Quintana Roo. Desde 2014, ellas se dedican al acopio y transformación de semillas, hojas y subproductos de árbol de ramón (Brosimum alicastrum).  

Aunque el ejido de más de 44 mil hectáreas de selvas medianas y bajas subperenifolias les otorgó inicialmente 10 hectáreas para que recolectaran semillas y hojas en los paisajes forestales, su visión empresarial y fortalecimiento como el que han tenido en colaboración con TNC desde las Redes de Innovación Territorial (RITER), las ha llevado a comprar 13 hectáreas más de tierra para reforestar ramón y un terreno de 1,600 m2 donde han instalado un vivero en el que producen ramón, achiot, guanábana y ciricote. 

TNC tiene ejemplo tras ejemplo de cómo las mujeres superan barreras para hacer lo que se requiere en nombre de la conservación.

A pesar de las barreras sociales y culturales que enfrentan día tras día, las mujeres latinoamericanas han demostrado un compromiso incansable en la defensa de la naturaleza y han contribuido de manera significativa a la creación y gestión de áreas protegidas, la promoción de prácticas sostenibles, la permanencia de conocimientos ancestrales y la sensibilización sobre los desafíos ambientales. 

 

Un largo camino por recorrer

Sin embargo, a pesar de estos logros, las mujeres latinoamericanas siguen enfrentando desafíos significativos en su labor de conservación. La falta de acceso a recursos y la discriminación de género son algunos de los obstáculos que dificultan su trabajo y limitan su participación en la toma de decisiones sobre la gestión de los recursos naturales. Por ello, es necesario seguir promoviendo la inclusión y el liderazgo de las mujeres en la conservación, así como fortaleciendo las políticas públicas y las iniciativas que fomenten su participación en este ámbito. La labor de las mujeres latinoamericanas en la conservación es fundamental para garantizar un futuro sostenible para la región y el planeta y sus valiosos aportes deben ser reconocidos y valorados. TNC sabe que no puede lograr éxitos en conservación ni puede proteger nuestras tierras y aguas más valiosas o frenar el cambio climático sin mujeres en posiciones de poder y afuera en el campo haciendo ciencia.