Vista aérea de la Amazonia en São Félix do Xingu. © Haroldo Palo Jr.

Historias en Brasil

Amazonía en llamas: un llamado urgente a apoyar la conservación

La deforestación y la impunidad ante delitos ambientales han contribuido a este incendio sin precedentes.

  • El aumento de la deforestación, los flagrantes delitos ambientales y el reducido financiamiento para la conservación han contribuido a los desbastadores incendios que están arrasando con la Amazonía.
  • The Nature Conservancy (TNC) cree que es no solo posible, sino esencial, reconciliar la relación entre el desarrollo y el medio ambiente. Uno no puede existir sin el otro.
  • Es imprescindible procesar los delitos ambientales, controlar la deforestación, e impulsar las inversiones en  producción sostenible y en reforestación.

Los incendios forestales en Brasil han alcanzado un número récord este año. Hasta el 19 de agosto, el Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE), ha detectado 72.842 incendios. Esta cifra representa un aumento del 83% con respecto al año pasado y es por lejos la más alta desde que la agencia comenzara los registros en 2013. La Amazonía, la selva tropical más grande del mundo, ha sido el bioma más afectado.

Los "ríos voladores" de la Amazonía, las corrientes que transportan por aire enormes cantidades de vapor de agua alimentada por la humedad del bosque amazónico y que proporcionan lluvia para la producción agrícola, ahora transportan humos tóxicos y cenizas. Los estados de Acre y Rondonia han reportado emergencias de salud debido a la contaminación del aire. Las plumas de humo han llegado a la ciudad de São Paulo y otros centros urbanos en la parte centro-sur del país. Se pronostica una mayor incidencia de enfermedades respiratorias, especialmente en niños y ancianos.

Durante años, los científicos han advertido sobre la tendencia en aumento de los incendios forestales, y desafortunadamente, se prevé que los mismos sean más frecuentes y más intensos en todo nuestro planeta. El fuego requiere tres elementos básicos: combustible (madera, biomasa), oxígeno y calor. Todos ellos están presentes en la Amazonía. La deforestación y la fragmentación de hábitat han derivado en temperaturas más altas y un ambiente más seco, propicio para la propagación del fuego.

Si bien el uso del fuego como herramienta para el manejo de la tierra está legalmente permitido en muchos estados brasileños, se necesita mucha más orientación por parte de las agencias ambientales para garantizar el uso adecuado del mismo. Lo que estamos experimentando en este momento es el uso intencional, imprudente, descontrolado y generalizado del fuego. Solo entre el 17 y el 19 de agosto, el INPE registró 5.253 brotes de incendios en Brasil; 1.618 en Bolivia; 1.116 en Perú; y 465 en Paraguay.

El aumento de la deforestación, la impunidad contra los delitos ambientales y la ineficaz lucha contra los incendios han contribuido a este incendio sin precedentes, que arrasa con ecosistemas, pone en peligro las especies y compromete los medios de subsistencia de las comunidades.

Es necesario detener los delitos ambientales y procesar a sus autores en virtud de la Ley Brasileña de Delitos Ambientales. Asimismo, es vital controlar la deforestación y fomentar las inversiones en producción sostenible y reforestación. 

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Es indispensable detener los delitos ambientales, controlar la deforestación y fomentar las inversiones en producción sostenible y reforestación.

The Nature Conservancy (TNC) cree que es no solo posible sino esencial fomentar relaciones constructivas entre el desarrollo y el medio ambiente. Uno no puede existir sin el otro. La naturaleza proporciona los servicios ambientales fundamentales que hacen que las tierras sean más productivas. Los agricultores amazónicos pueden aumentar sus ingresos mientras conservan sus bosques. La producción puede intensificarse en tierras ya degradadas. La expansión de los sistemas agroforestales, los cuales combinan cultivos alimenticios y árboles nativos, pueden mejorar los ingresos y la seguridad alimentaria al tiempo que nutren los suelos, secuestran carbono y sostienen la vida silvestre. Ambos el pueblo brasileño y el medio ambiente ganan. Esto es sólo un ejemplo. Existen muchas otras soluciones para aumentar la producción en forma sostenible, pero la deforestación ciertamente no es una de ellas.

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Los agricultores de la Amazonía pueden aumentar su producción mientras protegen sus bosques.

Todos tenemos un papel que desempeñar: el sector público, el privado, los organismos multilaterales, las comunidades locales e indígenas, las ONG, los investigadores, deben unirse para trazar un camino sostenible para el futuro de nuestro planeta.

El daño a la Amazonía va mucho más allá de Brasil. Este magnífico bosque tropical, alberga el 10% de la biodiversidad del mundo y desempeña un papel vital en la regulación del clima mundial. Perder la Amazonía no beneficiaría a nadie.